Fecha de Recepción: 30-11-2024 Fecha de Aceptación: 28-03-2025 Publicación : 20-07-2025 Como Citar: Castro Robles, Y.
A. (2025). Luchas por el reconocimiento y la redistribución. Análisis de
narrativas en jóvenes universitarios. Discimus. Revista Digital De
Educación, 4(2), 199-215. https://doi.org/10.61447/20250630/09 Corporación Discimus
Volumen 4 Numero
2 Junio de 2025
Luchas por el Reconocimiento y la Redistribución.
Análisis de narrativas en
Jóvenes Universitarios[1]
Struggles for Recognition and Redistribution. Analysis of narratives in
Young University Students
Yury Andrea Castro Robles [2]
Resumen
El presente artículo explora cómo las experiencias de
humillación y menosprecio pueden motivar luchas por el reconocimiento y la
redistribución en jóvenes universitarios, en los ámbitos moral y político. A
través de enfoque cualitativo, basado en los presupuestos de Coffey y
Atkinson (2003) y Connelly y Clandinin
(1990), se examinan las experiencias de vida individuales de cinco jóvenes
universitarios para identificar modos de subjetivación e interacción que pueden
ser fuentes motivacionales de conflictos sociales. Este estudio resalta la
necesidad de un ejercicio autorreflexivo en el campo pedagógico para ampliar el
entendimiento sobre las experiencias de vida y afectaciones sociales de los
jóvenes, incluyendo sus heridas morales y luchas sociales. Mediante el diseño
de la hermenéutica narrativa (Quintero, 2018), se interpretaron las
narraciones, revelando las subjetividades y formas de reconfiguración de sus
experiencias de vida en los contextos familiares, sociales e institucionales.
Palabras clave: conflictos sociales, resistencias, educación
Abstract
This
article explores how experiences of humiliation and contempt can motivate
struggles for recognition and redistribution in university students, in the
moral and political spheres. Through a qualitative approach, based on the
assumptions of Coffey and Atkinson (2003) and Connelly and Clandinin
(1990), the individual life experiences of five young university students are
examined to identify modes of subjectivation and interaction that can be
motivational sources of conflicts. social. This study highlights the need for a
self-reflective exercise in the pedagogical field to expand the understanding
of the life experiences and social effects of young people, including their
moral wounds and social struggles. Through the design of narrative hermeneutics
(Quintero, 2018), the narratives were interpreted, revealing the subjectivities
and ways of reconfiguring their life experiences in family, social and
institutional contexts.
Keywords: social
conflicts, resistance, education
Resumo
O presente artigo explora como experiências de
humilhação e desvalorização
podem motivar lutas por reconhecimento e redistribuição
entre jovens universitários,
nos âmbitos moral e político. A partir de uma abordagem qualitativa,
fundamentada nos pressupostos de Coffey e Atkinson
(2003) e Connelly e Clandinin
(1990), investigam-se as experiências
de vida de cinco jovens universitários
com o objetivo de
identificar modos de subjetivação e interação que funcionem como fontes motivacionais de conflitos sociais. O estudo destaca a necessidade de um exercício autorreflexivo no
campo pedagógico, visando ampliar a compreensão sobre
as vivências e afetos sociais da juventude, incluindo suas feridas morais e lutas coletivas.
Por meio da hermenêutica narrativa (Quintero, 2018), as narrativas foram interpretadas, revelando subjetividades e formas de reconfiguração das experiências
de vida em contextos familiares, sociais e institucionais.
Palavras-chave: conflitos sociais, resistências, educação.
Introducción
El análisis
fenomenológico de los conflictos sociales de los jóvenes en los escenarios
institucionales, como lo es el educativo, revela la existencia de experiencias
de injusticia que generan sentimientos morales de sufrimiento e indignación en
los jóvenes. Desde esta perspectiva, se propone integrar la pedagogía crítica
de Kemmis (2007) desde la que se piensa a los jóvenes como sujetos situados,
con los planteamientos teóricos de Honneth (2017) y Fraser (2006) sobre las luchas por el
reconocimiento y la redistribución. Esto con el propósito de establecer nuevos
horizontes de reflexión que permitan comprender las motivaciones sociales de
los jóvenes universitarios en los ámbitos moral y político, y su relación con
resistencias y luchas sociales.
En este
contexto, se comprende que la noción de juventud como una construcción social y
cultural en constante transformación. Según Bourdieu (2002),
Reguillo (2008), Mannheim
(2007) y Wyn & White, (1997) la juventud es una categoría que se construye desde lo social y se determinada por la posición del individuo al interior de la jerarquía
generacional. Esto requiere reconocer la existencia de praxis
diferenciadas que permiten comprender las juventudes como una condición
emergente.
Además, la juventud,
entendida como transformación y resistencia social, desmiente la creencia de
que los jóvenes son ajenos a las realidades sociales. Según Bourdieu y Passeron
(2006), comprender las juventudes implica analizar las estructuras sociales y
su influencia en la configuración de los sujetos. Por lo tanto, al considerar a
los jóvenes como sujetos situados en el mundo, su estudio implica dos marcos fundamentales: el ético y el
político. Estos marcos constituyen la base para establecer el concepto de nosotros y las relaciones con los otros.
La comprensión de los jóvenes en el contexto de los grupos sociales se
enmarca según Honneth (1997), quien sigue la línea de pensamiento
de Hegel (1976) en el campo
de la eticidad. La eticidad se entiende como la suma de factores estructurales que, a través
del reconocimiento, permiten la autorrealización de los individuos. En este
sentido, el desarrollo personal de los jóvenes encuentra su significado en las
relaciones de reconocimiento que garantizan la dignidad humana. Como señala Honneth (2010, 2012), esta perspectiva ha llevado a la
filosofía política a ampliar su enfoque, pasando de centrarse en la eliminación
de la desigualdad a considerar también la prevención del menosprecio.
En esta
perspectiva, la teoría del reconocimiento concibe la acción social como el
espacio donde los sujetos buscan su autorrealización. Por lo tanto, esta teoría
se presenta como una alternativa para comprender los conflictos sociales que
enfrentan los jóvenes universitarios, cuyas motivaciones se originan en las
afectaciones morales y vulneraciones en sus relaciones sociales (Honneth, 1997) y en los ámbitos institucionales
establecidos (Fraser, 2006).
Esta
investigación sostiene que las sociedades no han proporcionado las condiciones
necesarias para que las juventudes alcancen sus proyectos de vida, lo que
genera escenarios de desigualdad social que los conducen a la invisibilización (Feixa 2015,
Reguillo 2003). En este sentido, los menosprecios y humillaciones son centrales
en las experiencias morales que surgen las relaciones interpersonales de las
juventudes, ya que representan la manera en que los jóvenes menospreciados
toman conciencia de la necesidad de alzar la voz y ser reconocidos.
Para Honneth (2009 b), los sujetos son vulnerables en valía
personal, ya que requieren el reconocimiento de sus compañeros de interacción
para desarrollar una relación de autoconfianza, autorespeto
y autoestima. Por lo tanto, la vulnerabilidad moral supone un daño personal, en
tanto fragiliza la identidad de los individuos. Sin embargo, muchas de las vivencias y
afectaciones sociales de los jóvenes siguen sin ser reflexionadas, especialmente en el campo de las
instituciones, debido a que las injusticas están naturalizadas en grupos
específicos, como las juventudes. En
consecuencia, es necesario reflexionar sobre las reivindicaciones
sociales desde el análisis crítico de la praxis social Honneth
(2011, 2012), Fraser, esto
implica considerar el orden del reconocimiento en términos de luchas por
identidad, los derechos y libertad, entre otras (Fraser, 2006).
Metodología
Esta
investigación tuvo como problema y objetivo general comprender
en narrativas de jóvenes universitarios las experiencias de menosprecio que
devienen en luchas por el reconocimiento y su incidencia en las esferas moral y
política. Para el alance del propósito investigativo, se realizaron
entrevistas narrativas a cinco jóvenes universitarios, de las cuales, para el
propósito de este artículo, se seleccionaron dos: Carlos y José. Los criterios
de selección de estas dos narrativas obedecieron a dar un mayor cumplimento a
los objetivos en razón a situaciones de menosprecios acompañadas de luchas en
las esferas de lo familiar, lo social y estatal.
En razón a lo expuesto, en esta investigación
se adoptó la narrativa (Ricoeur, 2006) como metodología (Quintero, 2018), a
partir de la identificación de un acontecimiento y los atributos del sujeto en
el marco de su vida social y educativa. Esto implicó reconocer juicios acerca
de las valoraciones que los jóvenes tienen de las virtudes, del reconocimiento
de su propio vivir y del establecimiento de vínculos con los otros. Asimismo,
estos atributos del sujeto nos permitieron develar compromisos y resistencias
frente a modos de subordinación que han estado presentes en la experiencia de
los jóvenes.
De igual manera, la narrativa expuso las
temporalidades en el orden lo cronológico, de lo humano y lo histórico. Además,
en las narrativas encontramos las espacialidades centradas en coordenadas
geográficas, pero, en especial territorialidades vinculadas con dominaciones,
resistencias y modos de emancipación. Seguidamente, la narrativa dio cuenta de
fuerzas narrativas, lo cual permitió establecer una relación entre sujeto, y el
lugar de enunciación con los ámbitos de lo moral, lo simbólico y las emociones.
Figura 1.
Metodología
Fuente. Elaboración propia adaptación del modelo de Quintero (2018)
Sujetos de enunciación. En el caso de Carlos,
se trata de un joven que debido a su identidad sexual ha sido objeto de
diferentes prejuicios que lo han llevado a sufrir menosprecios. Pero, a su vez,
sus experiencias de vida le permitieron hacer resistencias frente a esos modos
de subalternización o de menosprecios vividos. En
esta narrativa el papel de la educación resulta fundamental para el alcance de
la inclusión social. Por su parte, La narrativa de José está vinculada,
respondiendo a los objetivos, a experiencias de menosprecios por condición de
raza, pero también a un enfoque interseccional, el cual revela el aumento de desigualdades y de exposición a
condiciones de vulneración. Asimismo, se resalta el lugar de la educación en la
configuración de las luchas por el alcance de un proyecto de vida digna, así
como la deconstrucción de estereotipos y prejuicios raciales.
El análisis de resultados implicó el
levantamiento y estudio de la información, así como una profundización
interpretativa de las tramas narrativas.
Esto en diálogo con los fundamentos conceptuales y teóricos desde los
cuales se amplió el marco de comprensión acerca de la relación que se da entre
menosprecios, luchas por el reconocimiento y la redistribución que emergieron
desde la experiencia humana de los sujetos participantes, lo cual permitió establecer unas
categorías emergentes que, posteriormente, fueron exploradas en profundidad.
Figura 2.
Categorías
emergentes
Fuente. Elaboración propia
Resultados
Los datos obtenidos mediante el proceso de recolección, sistematización
y análisis de las narrativas de los jóvenes fueron categorizados, lo que
permitió abordar los objetivos y problema de investigación planteados. Además,
se identificaron categorías emergentes que enriquecieron los alcances del
estudio sobre las luchas por el reconocimiento y la redistribución en jóvenes
universitarios. A continuación, se presentan las tramas narrativas de los dos
sujetos participantes:
Entre
estereótipos y luchas
La narrativa de Carlos reveló los discursos
hegemónicos que se perpetúan al interior de las instituciones, entre ellas las
educativas, hiriendo la autoconfianza y autonomía. Específicamente, se
identificaron discursos heterosexistas, que según Fraser (2006),
institucionalizan normas sexuales e interpretaciones que
impiden la participación de personas LGBT. Estos discursos se fortalecen con las
creencias religiosas, que consideran las diferencias como desviaciones del
espíritu que requieren corrección a través del autodominio de lo corpóreo. Por
tanto, estos discursos hegemónicos buscan silenciar a Carlos y someter su
cuerpo bajo una dinámica de poder que, para Butler (2002), convierte la
construcción del sexo en una normativa establecida por la cultura para
garantizar el gobierno de los cuerpos.
Es así, como desde la idelogia
patriarcal y heteronormativa, las instituciones como la familia, las educativas
y hasta el mismo Estado, intituyen discursos de odio y discriminación que
configuran la diversidad sexual como desviación y a las personas LGBT como
inferiores e inmorales, en tanto están marcadas por los estigmas de la
enfermedad, el delito y el pecado, Butler (1997).
Este hallazgo nos conduce a una constatación
significativa: la juventud posee atributos reflexivos y transformadores que les
permiten tomar distancia y deconstruir los presupuestos hegemónicos dominantes.
Esta deconstrucción de lo heteronormativo lleva a Carlos a agenciarse como gay
y a pertenecer a la comunidad LGBT. En estos planteamientos hay un giro
conceptual fundamental en las discusiones por el reconocimiento de las
diversidades de identidad de género y orientación sexual, puesto que ya no se trata de la búsqueda de
la aceptación social, sino en los terrenos de la deconstrucción simbólica, de
la desnaturalización de las diferencias sexuales y de género.
El lugar de enunciación de Carlos como gay
revela un posicionamiento claro y reflexivo en su actuar, que denota luchas por
el reconocimiento de su identidad. Esto permite que en lugar de los prejuicios
se instale la reivindicación de su orientación sexual. Es importante resaltar
que si bien la teoría de Honneth (1997) habla del
sentido de lo comunitario, su análisis deja por fuera comunidades otras que no
se dan desde el orden de lo normativo, sino desde los vínculos afectivos y que
se convierten en soporte vital para el restablecimiento de las identidades.
Carlos no solo es gay, es un gay de bajos
recursos y esta interseccionalidad hace que se amplifiquen las condiciones de subalternización y la pérdida de su valoración de sí.
Carlos sabe que existen ayudas, como lo son subsidios, becas, apoyos, pero las
reconoce como insuficientes en comparación con las necesidades económicas de
los grupos marginados. Esto resalta la necesidad de aumentar los recursos
económicos para el alcance de sus proyectos de vida.
Para
Carlos, la realidad que viven las juventudes que habitan en zonas vulnerables
en Colombia, se concentran de manera radical problemas de exclusión, falta de
oportunidades educativas y laborales, índices altos de violencia y otros
factores que conducen a la reproducción de la pobreza. Esto agudiza las brechas
sociales y, por ende, la subalternización. En consecuencia, se siente privilegiado por
acceder a estudios superiores. El joven sabe que muchas personas no lo logran
porque no cuentan con los recursos suficientes para acceder a la universidad.
Yo no
quiero repetir la misma historia
Desde la
perspectiva de las luchas por el reconocimiento, los lazos afectivos resultan
fundamentales para el establecimiento de una identidad sana. Si bien todas las
personas tienen una biografía social, la historia de vida de José presenta una
intensidad singular debido a que nos muestra una biografía marcada por la
dominación y el control ejercidos por otros grupos e individuos en una sociedad
que ha perpetuado su sometimiento. Esto ha generado una acumulación de
desigualdades que caracterizan su historia familiar, marcada por momentos
críticos que han configurado su trayectoria vital.
La memoria
de su biografía familiar le permite a José, comprender que las vulneraciones
sufridas por su comunidad se deben, en gran medida, al sometimiento histórico
que han padecido. El joven reconoce que el camino recorrido contribuyó en la
prolongación de la desigualdad, debido a la falta de recursos económicos,
sociales, culturales y políticos necesarios para resistir a la opresión. Sin
embargo, José se beneficia de las actuales políticas públicas que promueven la
inclusión y la diversidad, una oportunidad que no tuvieron sus padres. Estas
políticas públicas buscan restaurar los derechos que las comunidades
consideraban como perdidos, ofreciendo oportunidades a jóvenes históricamente
marginados.
Es
importante reconocer que José, es joven transgresor, anhela abrir nuevos
caminos para situarse en el mundo y construir otras realidades, aquí juega un
lugar fundamental el educativo. Por ello, decide no repetir la historia de
opresión de sus padres y buscar mejores oportunidades. Salir de Buenaventura es un acto de
resistencia que busca romper las barreras invisibles de subordinación que
limitan sus proyectos de vida y los de su comunidad.
Desde los presupuestos de la teoría del
reconocimiento, para que las personas puedan alcanzar sus proyectos de vida
deben comprender que precisan de las relaciones intersubjetivas del lugar que estos le otorgan al
interior de las relaciones sociales. Esto nos abre una vía de reflexión del
racismo como categoría de análisis fundamental para comprender las
desigualdades sociales, educativas, políticas, económicas y culturales que perpetúan
la exclusión. José, al ser miembro de la comunidad afro, ha sido víctima de
humillaciones, menosprecios y violencias que han fracturado su integridad
personal, afectando su autoestima, autorrespeto y autonomía. Para José, la
cultura hegemónica es ciega al dolor que causa, el joven se siente atacado,
violentado y excluido.
En
consecuencia, el estigma social convierte a los negros en objetos de
desprecio. Para José, ser un joven afro significa enfrentar una identidad
marcada por estereotipos y prejuicios. El racismo circula en los cuerpos,
causando heridas morales, fragilizando los lazos sociales y propagándose a
través de acciones cotidianas. Como resultado, los cuerpos afro son
estigmatizados y considerados como indignos de cuidado y respeto. José es
percibido como una amenaza, reflejando la profunda exclusión y discriminación
que sufren las comunidades afro.
Las
prácticas racistas infligen daños emocionales profundos y duraderos,
equiparables en dolor a las heridas físicas, al atentar contra la dignidad,
valor y autoestima de las personas menospreciadas. De igual manera, el racismo
lleva a la reproducción de emociones como asco, repugnancia, desprecio hacia el
otro, perpetuando la exclusión. Estas prácticas se promueven a través de los
discursos de odio cuyo objetivo es agudizar el dolor.
Los
discursos de odio presentes en las instituciones, mediante su carácter
performativo, buscan denigrar y deshumanizar a José, para ello se valen de la
burla e ironía, para encubrir comentarios racistas que se disfrazan de humor.
Para José, la burla es una forma de encubrir el racismo, naturalizándolo en las
esferas social, cultural y política. La
burla es
el lenguaje del desprecio y la deshumanización que reproduce estereotipos y
vulneraciones hacia la población afro.
Asimismo,
los discursos racializados que promueven la superioridad de una comunidad son
una constante en la vida de José. No obstante, lejos de silenciarlo, estas
heridas morales lo motivan a luchar por su reconocimiento identitario y a crear
nuevos discursos con los que pueda dar respuesta a la violenta fuerza del
racismo.
De otro
lado, existe una clara relación entre la guerra y el racismo. Esta intersección
requiere una reflexión crítica, ya que la violencia impartida por los grupos
ilegales y la desprotección del Estado, se fundamentan en una lógica
racializada que estigmatiza a los habitantes de ciertos territorios,
etiquetándolos como criminales y personas sin valor para la sociedad.
Los modos de
producción de riqueza basados en la violencia y el dolor generan vulnerabilidad
social y muerte. Para José, los espacios están impregnados de
muerte, lo que convierte su tránsito en un riesgo para su integridad. La política
de la muerte imperante sugiere que las estructuras sociales funcionan bajo el
esquema de hacer morir y dejar vivir. Esta cosificación de los sujetos
permite que fuerzas económicas e ideológicas controlen y exploten cuerpos. Como
vemos, la violencia y muerte en las comunidades son resultado de prácticas de
deshumanización que facilitan la desaparición y aniquilamiento de los cuerpos.
Asimismo, la
muerte no solo aniquila personas, sino también espacios. El capitalismo genera
un patrón económico que deshumaniza y promueve maquinarias bélicas al servicio
de la guerra, donde los más vulnerables siempre pierden. Esta economía de la
muerte revela la estrecha relación entre las subjetividades vulnerables y los
modos de enriquecimiento basados en el dolor y la muerte como instrumento de
dominación.
La
aplicación sistemática del miedo, mediante amenazas, tortura, desaparición y
muerte ha permitido a grupos ilegales debilitar el tejido social de las
comunidades afro. Esto se logra al fomentar la división interna entre los
habitantes. Estas prácticas del terror transforman los lugares en paisajes del
miedo, especialmente para los Jóvenes quienes se convierten en víctimas de la
guerra. El
miedo genera desplazamientos forzosos, fracturando los proyectos comunitarios y
conduciendo al exterminio de las poblaciones afro. La
fragmentación social se convierte, entonces, en una estrategia para la muerte y
la desterritorialización.
Los recursos
económicos son un factor fundamental para alcanzar proyectos, por lo que José
considera que la desigualdad social no puede erradicarse solo con los esfuerzos
individuales de las juventudes. Por ello, enfatiza en la necesidad de la acción
gubernamental. José hace un llamado a restauración de derechos para las
comunidades vulnerables y exige mejores condiciones en términos de recursos
para su comunidad.
Como vemos,
José es un joven reflexivo que busca transformar de su realidad. Su narrativa
permite comprender cómo lo personal es político, evidenciando la necesidad de
que los individuos racializados tengan incidencia en las esferas culturales y
políticas para la reivindicación de sus derechos. Desde esta perspectiva, José
subvierte el discurso dominante, asumiendo su identidad negra con orgullo y
luchando por sus derechos y los de su comunidad. Se trata entonces de una lucha
cultural y política que busca recuperar la voz de los silenciados y reescribir
la historia.
Conclusiones
A
continuación, se presentan algunas conclusiones relacionadas con el estudio de las luchas de reconocimiento y las
juventude:
Primero, es fundamental entender la tensión que existe entre las
nociones de igualdad social y su implementación en la práctica.
Aunque la igualdad social se
convierte en el sustrato de derechos fundamentales en nuestro país, su
cumplimento ha sido escaso, como se evidencia en las narrativas de estos dos jóvenes. La reflexión de la dignidad humana, desde el cumplimiento de derechos, está muy
presente en los diferentes estudios. No obstante, las luchas por la equidad ha
sido una conquista de los mismos jóvenes. En este sentido, se concluye que la teoría de la lucha de reconocimiento
es imprescindible para cumplimiento de derechos, pero demanda de una
ampliación.
Segundo, uno de los aportes de esta investigación es la importancia que
tienen la reflexión acerca de la interseccionalidad. La mayoría de las
investigaciones que trabajan la teoría del reconocimiento se centran en
estudios de carácter cualitativo en el orden descriptivo. Un aporte de esta investigación es su carácter biográfico y el lugar que en él ocupa la narrativa, ya que estos centran su interés en la experiencia humana, lo que recorre la subjetividad
y los vínculos con los otros.
Tercero, otro importante hallazgo es lo que este estudio puede aportarle a otras
investigaciones, y es seguir
problematizando otras tematizaciones de los jóvenes. En las
narrativas analizadas, los jóvenes centraron su trama narrativa en lasorientaciones sexuales y la racialidad, pero hay muchas tematizaciones
que quedan por fuera y que se convierten en oportunidades para ampliar la
comprensión de la relación entre los menosprecios y las luchas por el
reconocimiento y la redistribución.
Cuarto, el lugar del otro. Los aportes dados por los teóricos y las realidades que se viven en los espacios educativos permiten la comprensión del otro como el lugar del afecto, del sustrato
emocional, pero, a su vez, como el lugar del dolor, de los prejuicios y la
afectación social.
Quinto, los jóvenes universitarios y sus luchas. Se cree que los jóvenes
universitarios ya no deben ser objeto de análisis somo sujetos vulnerados
debido a que ya hacen parte del sistema educativo, se olvida que estos jóvenes
aún están sometidos a prácticas sociales y culturales que afectan su integridad
humana.
Por último, la reflexión acerca de la necesidad de
comprender y trabajar en las condiciones de vulneración que viven las
juventudes pues estas pueden conducir a
violencias.
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[1] Este
artículo hace parte de la investigación doctoral titulada Luchas por el
reconocimiento en narrativas de jóvenes universitarios dirigida por la Dra.
Marieta Quintero Mejía, en la línea de investigación “Narraciones,
argumentaciones, justificaciones y discurso en la formación ética y política”
de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá (Colombia).
[2] Profesora Investigadora, Doctora.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas (DIE). Correo electrónico:
yacastror@udistrital.edu.co ORCID: 0000-0002-6019-9328