Abordaje de la participación de los
hombres rurales campesinos dentro de la localidad de Sumapaz en la crianza,
cuidado y protección de sus hijos e hijas, así como su influencia en las
relaciones de género y nuevas masculinidades.
Addressing the participation of rural peasant men within
the town of Sumapaz in the upbringing, care and
protection of their sons and daughters, as well as their influence on gender
relations and new masculinities.
Tamis Carolina Noriega Meza
Natalia
Sarmiento Nuñez
Fecha de
Recepción:12/04/2024.
Fecha de
Aprobación: 01/06/2024.
ISSN: 2954-5781 (En línea)
DOI: https://doi.org/10.61447/20240601/art04
Citar artículo como: Noriega Meza, T. C., & Sarmiento Nuñez, N. (n.d.). Abordaje de la participación de los hombres rurales-campesinos dentro de la Localidad de Sumapaz en la crianza, cuidado y protección de sus hijas e hijos, así como su influencia en las relaciones de género y nuevas masculinidades. Discimus. Revista Digital De Educación. https://doi.org/10.61447/20240601/art04
Resumen
Este estado del arte surge a partir del trabajo investigativo
que se adelanta sobre paternidades rurales- campesinas, específicamente en el
páramo de Sumapaz de Colombia, para el cual, se realizó un rastreo de
producción académica y bibliografía a nivel internacional, nacional y regional,
entre los años 2010 al 2023. Por lo tanto, se estructura en tres partes, en la
primera se encuentra plasmada la metodología que aterriza el paso a paso que
orientó la construcción del estado del arte. En la segunda etapa, se contempla
el abordaje de varias categorías que permiten contextualizar, comprender y
realizar un acercamiento al cuidado, paternidad y masculinidad y finalmente se
exponen los hallazgos y vacíos encontrados en los documentos revisados,
llegando a la conclusión de que son reducidos los estudios cualitativos frente
la paternidad rural-campesina, lo cual, resulta favorable para nuestra
investigación. Ya en cuanto a lo metodológico el
estado del arte se
sustentó mediante un enfoque hermenéutico.
Palabras clave
Paternidad rural- Campesina, Crianza,
Género y masculinidad.
Abstract
This state of
the art emerges from research work conducted on rural peasant fatherhood
specifically in the Sumapaz moorland of Colombia. For
This purpose a tracking of academic production and
bibliography was carried out at the international, national and regional levels
from the years 2010 to 2023. Therefore it is
structured in three parts. The fist part outlines the
methodology that details the step by step process that
guided the construction of the state of the art. In the second stage, various
categories are addressed to contextualize, understand, and Approach caregiving,
fatherhood and masculinity. Finally, the findings and gaps found in the
reviewed documents are presented, leading to the conclusion that there are
limited qualitative Studies on rural peasant fatherhood, which is favorable for
our research. As for the methodology, the state of the art was supported by a
hermeneutic approach.
Keywords
Rural
fatherhood- Peasant, Parenting, Gender and masculinity.
Abordaje de la participación de los
hombres rurales campesinos dentro de la Localidad de Sumapaz en la crianza,
cuidado y protección de sus hijos e hijas, así como su influencia en las
relaciones de género y nuevas masculinidades.
El propósito del
presente documento de investigación es dar a conocer cómo se ha venido
transformando la configuración del rol masculino y paternal en el proceso
de crianza y cuidado en la zona rural de Sumapaz. Desde este punto de
partida, se tendrán en cuenta realidades y contextos sociales que permitirán
ahondar temas de paternidad, masculinidad, cuidado, división sexual del
trabajo, roles y relaciones de género entre otras. Para ello se realizó una
revisión exhaustiva y sistemática de material bibliográfico, siendo este un
resultado del proceso de investigación. Tal como refiere Jiménez, 2004. P. 34) “la revisión documental es parte
consustancial de los estados del arte, que obliga no sólo a desarrollar
rastreos de textos editados, sino también de experiencias investigativas
previas, en ocasiones no publicadas, que con diversas metodologías y aparatos
conceptuales han abordado nuestro objeto de estudio del tema investigativo”.
Como
consecuencia, se realizó este proceso de investigación, bajo un diseño
metodológico cualitativo con una perspectiva teórica hermenéutica según Bautista, (2014) porque permite desarrollar la
interpretación de los textos abordados para la comprensión del fenómeno a
investigar, según Jiménez, (2004), la hermenéutica es “una
herramienta valiosa para llegar al conocimiento y a la apropiación de la
realidad social, mediada por textos, que, a su vez, constituyen formas de
abordaje previas que contienen análisis, conceptos, categorías, hipótesis y
hasta teoría” (p.39).
MÉTODOS
Para poder
llevar a cabo el diseño del estado del arte, siguiendo a Jiménez, (2004), se hace necesario “efectuar una
revisión de las investigaciones precedentes en virtud de los avances que se han
encaminado frente a la temática, lo que da al investigador una
contextualización de la información y le permite establecer algunos límites,
clarificar la información y definir los parámetros de análisis de resultados”
teniendo en cuenta el acumulado bibliográfico sobre la temática, se procede a
implementar los tres momentos que propone”
Jiménez, (2004). (p.37) que son primordiales y comunes en la elaboración del
estado del arte desde lo hermenéutico.
1.
Contextualizar la información: teniendo
en cuenta el planteamiento del problema y sus categorías, se opta por
buscar material documental de diferentes áreas del conocimiento que le
apunten al objetivo propuesto.
2.
Clasificación: se realiza la
clasificación de textos, autores, metodologías, marcos de referencia conceptual
y niveles conclusivos de las diversas investigaciones a nivel internacional,
nacional y local. Para la revisión bibliográfica a nivel internacional,
nacional y local se realizó una búsqueda, recopilando documentación teórica y
metodológica de diferentes áreas de conocimiento y autores que han investigado
sobre el tema a desarrollar.
3.
Categorizar: con el fin de
establecer categorías de análisis y recopilar la información de las
autoras y autores que fundamentan la investigación en general, se diseña una
matriz que contiene la contribución del autor y la interpretación del texto, que
concede encontrar las categorías.
Finalmente, y una
vez realizado el diseño del estado del arte que tiene como propósito dar
respuesta al problema de investigación se visualizaron las diferentes
variaciones que ha tenido el rol masculino al ejercer una paternidad activa en
el proceso de cuidado y crianza. Por lo que se consideró necesario situar el
recorrido histórico que ha tenido la representación masculina en los contextos
culturales, sociales, y económicos; por lo cual se recurrió a textos y
documentos que se dividieron a nivel internacional, regional y local bajo las
categorías de cuidado, reconfiguración de roles de género, masculinidad
hegemónica y nuevas masculinidades entre otros.
En cuanto a la
ubicación espacial del rastreo de las fuentes bibliográficas, se anexa la
figura 1, concerniente al mapa que permite identificar la cantidad de
documentación revisada y la ubicación geográfica de los mismos. Por lo cual se
puede evidenciar una diferenciación de colores descritas de la siguiente
manera: azul asignado a las fuentes internacionales, morado asignado a las
fuentes regionales, haciendo referencia a los países latinoamericanos y verde
asignado a las nacionales; donde se logra constatar una gran producción
académica relacionada con el cuidado, crianza, nuevas masculinidades, roles de
género, en especial en países de américa del sur.
Figura 1. Mapa extracción y
procedencia de fuentes internacionales, regionales y nacionales.
A continuación,
se referencian los textos encontrados respecto a las categorías que fundamentan
el trabajo de investigación. Las cuales se presentan en partes descritas de la
siguiente forma: Construcción del cuidado, reconfiguración de roles al interior
de las familias, masculinidades hegemónicas y nuevas masculinidades.
Construcción y
responsabilidad en el cuidado.
Para iniciar
estas circunstancias es importante resaltar este apartado porque, Maroto, Gracia & Ocana & Gil, & García, 2020, (p. 587). Describen dentro del contexto español, que se debe
realizar una fuerte labor investigadora sin sesgos de género porque es crucial
para avanzar hacia la corresponsabilidad en la crianza como un asunto
fundamental para el logro de los derechos fundamentales, respecto a la salud
sexual y reproductiva. Ya que el mero ejercicio de la paternidad, como un
conjunto de prácticas relacionadas con el vínculo y cuidado de hijos e hijas,
es una cuestión de equidad de género y un derecho implícito de cada ciudadano
al nacer.
De lo anterior se
desprende que la histórica masculinización de la ciencia no solo ha llevado a
la exclusión de las mujeres, sino que también las ha destacado como madres
protectoras y ha silenciado a los hombres como padres. Es por esto que la
maternidad continúa teniendo un mayor interés científico que la paternidad. Tal
vez estos antiguos problemas sobre la maternidad se mantuvieron en el tiempo, a
la vez que otros nuevos fueron emergiendo. La paternidad sigue más ausente que
la maternidad; ya que la literatura científica, lo que refleja son estereotipos
sociales sobre la importancia del papel de las mujeres en el ámbito
reproductivo y de los cuidados. A la par, estos arquetipos se transmiten a
través de las publicaciones, manteniéndose el sistema de bienestar social
gracias al trabajo reproductivo de las mujeres. De igual forma López, (2022), relata que en el siglo XXI está siendo el de la revolución
del padre, la de esos hombres que han transformado su rol paterno, que están
siendo padres de una forma tanto muy distante al ejemplo que tuvieron como
hijos anteriormente. Esto ha transformado la sociedad y, sobre todo, el papel
de las mujeres, empoderadas e incorporadas masivamente al ámbito laboral, lo
que ha promovido la necesidad de una mayor implicación de los hombres en los
cuidados como padres. Y esto le apuesta por el cuidado; lo cual es un factor
indispensable para la construcción de una sociedad más igualitaria.
Implicar a los hombres en el cuidado es ir mucho más
allá de aspectos como la paternidad. Es construir la masculinidad desde las
relaciones en equilibrio y vivir la crianza de los hijos e hijas, fabricar el
cuidado como espacios propios. No como un terreno en el que los hombres son
considerados meros invitados o en el que las mujeres siempre indican y
dictaminan cómo hay que hacer las cosas, sino que todos y todas son
considerados ciudadanos de pleno derecho dentro del hogar y este es el
verdadero reto de los padres igualitarios ante el temor que les representa la
igualdad de género.
El reto que deben asumir los hombres, es el de que
todo lo que se desarrolla en el ámbito privado, desde el cuidado de las hijas y
los hijos al mantenimiento del hogar, debe ser una responsabilidad compartida y
conjunta. Por eso, deberíamos hablar como lo menciona el autor más de
“corresponsabilidad” que de conciliación. Ya que la corresponsabilidad implica
no solo asumir que todos estos trabajos, no les corresponden “naturalmente” a
ellas, sino que también deben formar parte de la agenda como hombres, como
padres y como cuidadores. Asumir el cuidado como parte indispensable de
la vida, en tanto darse la oportunidad de desarrollar una serie de capacidades,
habilidades y emociones que se traducirían en la manera de entender e
interactuar tanto con el espacio público, como con el espacio privado. Todas
estas herramientas, que desde el modelo heteropatriarcal se han vinculado como
“características femeninas”, pasarían a formar parte de la manera en que se
desenvuelven también en el trabajo, y en sus relaciones con iguales.
De modo que se trataría, por tanto, de incorporar a
las vidas de los padres los principios y los valores que, desde el feminismo se
han identificado con la ética del cuidado. El cuidado como eje indiscutible de
la vida pública y privada, lo cual aportaría, sin lugar a duda, en una mayor
capacidad para poder colocar al individuo en el lugar de otras personas, como
por ejemplo las mujeres, así como de un modo más constructivo en la resolución
de los conflictos que de la convivencia se generan. El caso es que numerosos
estudios resaltan que los hombres con prácticas más igualitarias y cuidadoras
en sus vidas son también más sanos y felices. Son capaces también de mostrar
una realidad plural y diversa a sus hijos e hijas, y ser críticos con el
entorno que les rodea.
a)
Naturalización y
feminización del cuidado.
Pineda, (2010) dentro del sistema
distrital de cuidado, concibe el cuidado en al menos dos tipos: el cuidado
indirecto, que hace referencia al trabajo doméstico, incluyendo la preparación
de alimentos, la limpieza y mantenimiento del hogar, la limpieza y
mantenimiento del vestido, la organización, distribución y supervisión de
tareas domésticas, la compra, los pagos o los trámites relacionados con el
hogar, y las reparaciones al interior del hogar, entre otras funciones; y, el
cuidado directo: que comprende el cuidado de personas en condición de
dependencia, incluyendo el cuidado y la formación de los niños, como lo es el
traslado al colegio y ayuda al desarrollo de tareas escolares, el cuidado de
ancianos y enfermos y personas con discapacidad, además del cuidado de los
animales domésticos.
Por su parte, resalta Godoy, (2023), que, en países suramericanos como Chile,
donde la masculinidad heterosexual, de los varones anarquistas, pese a sus
constantes cuestionamientos a las instituciones hegemónicas, no escaparon de la
camisa de fuerza de los roles de género, aunque intentaron ponerlos en tensión
o superarlos; aportaron interesantes debates en torno a la sexualidad y las
relaciones entre hombres y mujeres. No obstante, reprodujeron la estructuración
de los roles de géneros que por cierto los privilegiaba. De este modo,
reflexionaron conscientemente respecto a la subordinación de las mujeres dentro
de la sociedad capitalista-burguesa y abogaron por su emancipación instalando
en el debate público la idea de la igualación de géneros, sin respuesta y al
final considerándose como un complemento
inferior en las luchas políticas y sociales. Asimismo, no cuestionaron sus
propias masculinidades ni sus privilegios de género. En particular para los
anarquistas varones, las mujeres concebían biológicamente a nuevos seres y eran
las que tenían la responsabilidad intrínseca de criar a los nuevos
revolucionarios. Por ende, la responsabilidad, abnegación y ternura de la madre
en la crianza y educación de los niños era fundamental. Para ellos la mujer
debía liberarse de toda esclavitud, salvo de las relacionadas con el cuidado de
los hijos y de la administración del hogar.
b)
Economía del cuidado.
Pineda, (2010) también señala que la
economía del cuidado está principalmente constituida por mujeres que no
participan ni en el empleo formal, ni en actividades informales, ya que
solamente trabajan en actividades no remuneradas en la familia, es decir,
participan plenamente en la economía del cuidado. Este grupo constituye lo que
el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), denomina la
“población económicamente inactiva y está asociado a lo que se ha designado el
techo de cristal, el límite que el orden de género en la sociedad le impone a
una mayor participación de la mujer; esto es, el límite que de acuerdo con la
estructura social y de clase, consigna a un número importante de mujeres, su
dedicación exclusiva al trabajo doméstico no remunerado. En cierto sentido las
labores de cuidado son definidas como una función meramente social muy
importante, claro ya que provee bienestar a las personas y además comprende
esas actividades no remuneradas que se llevan a cabo en el hogar, como son la
crianza, asistencia y atención de otras personas, mujeres que no participan ni
en el empleo formal, ni en actividades informales, que trabajan exclusivamente
en actividades no remuneradas dentro de la familia” (p.69).
El estado para
poder desarrollar y regular el Sistema Distrital de Cuidado, planteó como
propuesta la creación de: una Comisión Intersectorial del Sistema, liderada por
la Secretaría Distrital de la Mujer como ente articulador y conformada
inicialmente por la Secretaría Distrital de la Mujer, la Secretaría Distrital
de Planeación, la Secretaría Distrital de Educación, la Secretaría Distrital de
Salud, la Secretaría Distrital de Integración Social, la Secretaría Distrital
de Cultura, la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, la Secretaría
Distrital del Hábitat, la Secretaría Distrital de Hacienda y la Secretaría
Distrital de Ambiente. Esta Comisión se articulará con las Alcaldías Locales
como apoyo para la territorialización del Sistema, y con instituciones del
orden nacional. Así mismo, se articularon con el sistema, la
academia, el sector privado y la sociedad civil conformada, entre otras, por el
Consejo Consultivo de Mujeres, la Mesa Intersectorial de Economía del Cuidado y
organizaciones de cuidadores y cuidadoras. El Sistema Distrital de Cuidado, se
crea bajo una estrategia territorial, la cual, por medio de manzanas del
cuidado y unidades móviles de servicios del cuidado, atendería, a través de una
oferta intersectorial de servicios, a distintas poblaciones que requieren de
servicios de cuidado y que proveen cuidado en condiciones de desigualdad
permanentes. Lo cual indicaría una gran ayuda y reducción del movimiento de las
mujeres solo en el ámbito privado; es decir que se desempeñan en labores netamente de cuidado dentro del hogar.
Análisis de la reconfiguración de los roles de género.
Respecto al tema en cuestión, como primera postura
encontramos dentro del orden internacional en España lo planteado por Barbeta & Viñas & Cano (2017), donde se estipula que históricamente la
cultura ha asociado la paternidad a unas prácticas diferentes de la maternidad.
Con lo cual el resultado de esta construcción histórica de las definiciones
normativas termina ofreciendo una serie de modelos e ideales sobre la paternidad
que los hombres deberían llevar a cabo, Así, bajo determinadas circunstancias,
surgen “nuevos padres” que priorizan el cuidado de los hijos por encima del
trabajo. Más específicamente padres que realizan las labores de acompañamiento,
asistencia a actividades extraescolares, tareas relacionadas con la comida, la
vestimenta, la higiene y la vigilancia. Sin embargo, estas formas de
implicación mantienen un nivel polisémico bajo, lo que sugiere una visión del
ejercicio de la paternidad logística bien circunscrita.
Es así, como los padres delimitan su espacio de
acción, especialmente ante determinadas tareas que acostumbran a ejercer
primordialmente las madres (que variablemente según los casos pueden ser:
cuidados por enfermedad, gestión de la ropa de los hijos, etc.). Los padres
asumen una parte de las tareas de atención, pero tienden a definir claramente
aquellas que les corresponden a ellos y las que no, así como dónde tienen
comienzo y fin.
Más adelante específicamente
un año después Abril, (2018),
nos menciona que cuando se producen cambios en la estructura o en las prácticas
sociales que afectan a las relaciones de género, se puede esperar que afecten
también a la (re)configuración y/o (re)significación de las masculinidades. Lo
que significa que las relaciones en la actualidad están llenas de
transformaciones y diversidades, esto hace que los hombres incrementen
voluntariamente su participación en los quehaceres del hogar. Para Abril,
(2018) existe una coincidencia en querer para sí un
modelo familiar de relación y de reparto de tareas y cuidados igualitario. Por
lo cual existe un rechazo al modelo tradicional de familia y a la división
sexual de roles entre hombres y mujeres y, sobre todo, quieren distanciarse de
la figura del padre ausente.
De igual forma la mayoría de estos hombres anticipa y
prevé cambios en el desarrollo de sus vidas cotidianas y, lo que es más
importante, una reorganización de su tiempo de ocio personal y del tiempo libre
que incluye renunciar a muchas cosas priorizando su actividad como cuidadores.
Otros incluso planifican adaptaciones en su trabajo para poder cuidar a sus
hijos.
Aspectos significativos sobre la división sexual del
trabajo.
Al llegar a este punto según ( Flores & Galindo, 2018) respecto
a lo que ocurre en México, donde se vislumbran ciertos cambios importantes en
las funciones de la paternidad y la maternidad y en las prácticas que de éstas
se derivan, ha dado la posibilidad a mujeres y hombres a poder aprender otras
maneras de relacionarse con la parentela, y de intentar, a pesar de los costos,
distanciarse de modelos hegemónicos de fuerte arraigo, experimentando otras
formas de vivir y ejercer la paternidad y la maternidad, con distintos
elementos en antaño no reconocibles y cuestionar sus resultados, sin embargo,
todas las vías hacia la conversión no son las mismas, ni se orientan al mismo
rumbo, dependen del contexto donde ser padre/hombre y ser madre/mujer se
ejecuta, de las historias particulares, de las familias de origen y de las
situaciones personales donde estas prácticas se fundan, así que, la paternidad
y la maternidad en parejas en transición tiene sus matices y
colores.
Algo semejante sucedió con las entrevistas aplicadas
dentro de la metodología de la investigación, ya que, este significado de padre
rebosa los límites de la manutención y el sustento material y económico; incorporando el
establecimiento de relaciones afectivas entre padre hijos e hijas (amigo, apoyo
y ejemplo para la familia, compañero de la pareja, y tener compromiso moral).
De la misma forma que ha evolucionado el ser madre, pues actualmente las
funciones que estas cumplen superan los roles tradicionales, alterando de esta
forma su significado universal y normalmente hegemónico.
Que análogamente, cabe preguntarse si de acuerdo con Flores & Galindo, (2018) dentro
del discurso masculino es aceptado posiblemente por conveniencia o como
respuesta a imaginarios sociales, que esta capacidad de proveedor de antaño ya
no es un asunto que solo los hombres asuman y compartan, y se reconoce que el
aporte económico realizado por las mujeres es fundamental en el sostenimiento
del hogar. Sin embargo, este reconocimiento queda arrinconado en la casa y se
admite en tanto los hombres lo identifican como “una oportunidad a la pareja”, con lo que se invalida la
importancia que los aportes monetarios femeninos tienen para el mantenimiento
de toda la familia.
Pero antes de continuar debemos insistir en que, otras
prácticas renovadoras y pujantes de la paternidad también se están ejecutando,
aunque con disimulo. La presencia de un rostro paterno innovador se está
concibiendo y el ejercicio del rol de padre ha sido ampliado, ya que, se vuelve
cada vez más flexible, generando bienestar en los hombres, y en su alrededor.
Las relaciones afectivas para con los hijos e hijas y con la pareja son parte
ya de estas paternidades, y han logrado que esta práctica sociocultural se
aleja del estereotipo de padre autoritario, dictador y hasta despótico;
permitiendo a los varones un papel emocional al sentirse “maravillado” más activo, aun cuando la expresión y la manifestación de sentimientos y
emociones (ternura, afecto y cariño) hacia los miembros de su familia es
todavía escasa, pero ya tiene presencia, por lo menos en la modernidad.
De la misma forma que el “ayudar en todo lo que es el hogar” y compartir con la pareja
obligaciones domésticas y de cuidado (incluye, la procuración de hijos e hijas)
son actividades que continúan concibiéndose socioculturalmente como simple “ayuda” y no como obligaciones conjuntas
o compartidas. Este disimulo de la paternidad conduce a los hombres a realizar
este tipo de tareas de forma “escondida” y
“oculta”, al interior del hogar, pero
no fuera de este, pues el espanto masculino al rechazo social provocaría un
debilitamiento de su hombría y quebrantaría el papel dominante de ser hombre,
heterosexual y padre (el que aguanta, el
que resiste, el que no pierde la esperanza) confinado en la autoridad, el
mando y la protección.
El anclaje a un modelo hegemónico de cómo se debe ser
hombre. Así las cosas, otro estudio realizado en padres jóvenes costarricenses
por Fonseca, (2019)
señala que la masculinidad es más importante para los hombres que la feminidad
para las mujeres, ante dicha demanda, los hombres sienten el deber de cumplir
con una serie de exigencias y así no correr el riesgo de ser feminizados, lo
que se traduce muchas veces en ser señalados como homosexuales.
En la mayoría de los casos la autora menciona que la
esencia del ideal masculino se basa en reproducir y reafirmar cotidianamente la
superioridad que la sociedad patriarcal les ha otorgado. Dicha obtención
representa un arma de doble filo y un peso para hacer valer dichas
atribuciones; con esto, los hombres se preocupan por cumplir con ciertos
mandatos, como tener éxito económico, autocontrol de las emociones, virilidad
sexual, poseer fuerza física y tener habilidades para los deportes entre muchos
otros.
Por lo cual, antes de seguir adelante, conviene
resaltar que estos rasgos masculinizados, de rigidez, firmeza y frialdad han
atravesado la esfera de lo privado: las relaciones familiares; y abarcan la
implicación paterna en el cuido y crianza de sus hijos. El orden social
funciona como una inmensa máquina simbólica que tiende a ratificar la
dominación masculina en la que se apoya: es entonces la división sexual del
trabajo, la distribución muy estricta de las tareas asignadas a cada uno de los
dos sexos, de su espacio, su momento, sus instrumentos, sus roles; es la
estructura del espacio, con la oposición entre el lugar donde se reúnen o el
mercado, reservados a los hombres, y la casa, especialmente reservada a las
mujeres; o en su defecto al interior de esta, entre la parte masculina, como
del hogar, y la parte femenina, como el establo, el agua y los vegetales; es la
estructura del tiempo, jornada, año rural o ciclo vital, con los momentos de
separación, masculinos, y los extensos períodos de gestación femeninos.
Lo anterior por supuesto nos brinda un amplio
acercamiento, respecto a que en la última década es mucho lo que hemos avanzado
en estudios relacionados en la construcción de nuevas masculinidades y como
estas guardan especial vínculo con su sexualidad, paternidad, trabajo,
reproducción etc. En este sentido, y confirmando lo abordado en el estado del
arte, los estudios, investigaciones e indagaciones de nuestro país como
menciona Quintero, (2021) señalan que el padre de la modernidad no cuenta como
exclusivo proveedor del hogar; sino que las mujeres han venido desempeñando un
rol significativo en el aporte de la economía de la familia, indicando que ya
no solo buscan desempeñarse en lo privado sino mantenerse visibles en lo
público. Existiendo también el ejercicio de una nueva paternidad; dando un
especial significado del acercamiento del jefe del hogar con sus hijos y no
solo como una figura representada ante la sociedad.
Industrialización y capitalismo: incorporación de la
mujer en el ámbito público e inserción del hombre en lo privado.
De acuerdo a lo planteado anteriormente y teniendo
como postura diferentes procesos históricos, refiere
(Izquierdo,& Zicavo, 2015) que el
involucramiento de la mujer en el ámbito laboral trajo consigo una serie de
cambios donde el rol del proveedor; ya no era privativo de lo masculino
poniendo en tela de juicio atributos y mandatos de la construcción de la
identidad del hombre, donde la familia nuclear patriarcal (originada hacia
fines del siglo XIX en el contexto de la industrialización, trajo consigo la
separación entre el hogar y el lugar de trabajo y que propició la división
definitiva entre el espacio público y privado). Construyendo de esta forma una
identidad masculina diferente a la conocida, la cual se desliga completamente
de los saberes tradicionalistas.
Cabe pensar, sin embargo, en casos internacionales
como España, donde se han producido grandes avances respecto a la incorporación
de las mujeres al espacio público y profesional, aunque subsisten discrepancias
entre los ideales familiares igualitarios y la persistencia de una realidad
familiar fuertemente marcada por el género, hay importantes avances como
sociedad pero que aún existe mucho terreno por transitar en asuntos privados y
el recorrer de las mujeres en el ámbito público. Esto dicho por Bacete, (2017) quien resalta que, si no se desea que el lugar de los padres
en la familia desaparezca, es necesario re inventar el papel privado de los
varones, re acomodando su lugar y poder lograr la aceptación social de un padre
integral e integrado a una familia asociativa nueva, en la que todos sean
cuidadores o cuidados, con obligaciones dependiendo de la edad y no del rol o
el sexo.
Bajo esta perspectiva, en el último periodo en países
como Chile existen significativos avances en materia legislativa que en
conjunto con la incipiente voz de movimientos sociales han logrado visualizar
la importancia del rol del padre en la crianza activa de los hijos,
traduciéndose en leyes que buscan garantizar la presencia paterna
inmediatamente después del nacimiento de los hijos, configurada como una
licencia paternal y el derecho de convivencia si ocurriera la disolución del
vínculo conyugal.
De otra parte, casi todo lo anterior es aplicable a
nuestro caso porque el cambio que estamos presentado en el ejercicio de la
autoridad paterna, va a permitir una continuidad en las transformaciones en el
género femenino como la salida al ámbito público. En su mayor libertad y
autonomía. Resalta en su texto,
Rada & Castiblanco & Cárdenas, (2021)
que si bien, se han visto fuertes cambios dentro de
los espacios de los que pueden ser partícipe tanto la mujer como el hombre, aún
no se percibe a totalidad que los hombres puedan insertarse a las tareas
domésticas y dedicarse por completo a los cuidados. Esto en consecuencia de las
condiciones laborales; lo que reduce claramente la participación de los padres
en su paternidad de una forma responsable y aumenta significativamente las
cargas de la mujer en cuanto a su maternidad o sostenimiento de la familia. Por
ello es necesario que, aunque se reconozcan nuevas formas de paternidad y
maternidad, se lleven a cabo fuertes cambios en otros escenarios.
Ciertamente la conceptualización de naturalización e
interiorización de lo doméstico como algo inseparable de la mujer, mencionan
los autores, es una de las razones por la que el tipo de empleo femenino es una
extensión del trabajo reproductivo. Lo anterior genera una gran brecha de
desigualdad, adicionando la perpetuación de relaciones de subordinación por
medio de lo que se estructura sobre la asignación de status de unas tareas
sobre otras, ampliando el papel de la madre en privado y el padre como mandatario
en lo público.
Esto depende de que entendamos que las situaciones que
ocasionan la incursión de las mujeres al mundo laboral, han sido a causa de las
grandes crisis económicas, las cuales desde allí las mujeres intensifican su
trabajo, realizando trabajo retribuido junto con el no remunerado; resaltando
así la falta de participación de los hombres como padres en los mismos, como se
ha mencionado, el papel del hombre es fundamental y se ha venido reconfigurando
y cambiando en algunas culturas como la nuestra, pese a ello, la participación
de los hombres en este ámbito se ha generado despaciosamente.
Modernidad y transformación de la familia patriarcal.
Encontramos como elementos principales respecto al
asunto en materia, las variaciones producidas por la modernidad. Al respecto
recalca Izquierdo, (2015) que “los cambios culturales, sociales, renovaciones
jurídicas, nuevas tecnologías reproductivas, contribuyeron a limitar la
autoridad paterna y marital en la familia y a establecer leyes de igualación de
derechos y deberes”. (p.35). Estas características en específico podrían llevar
al resquebrajamiento gradual del matrimonio y de la familia convencional. Lo
que supone la imperiosa necesidad de legitimar una nueva identidad masculina
independizada de la tradición, provocando así un cambio en la ideología.
Como dice
Izquierdo & Zicavo, (2015) la corresponsabilidad y transformación de la familia, permite asumir al
hijo como un proyecto conjunto, además, el padre se endilga y exige por mandato
de su masculinidad la responsabilidad de su familia. Por lo que la relación
armoniosa entre los padres facilita la participación activa del hombre en sus
tareas de paternidad. Ya que, en el proceso de construcción del rol paterno, se
aprecia una autoevaluación positiva de su ejercicio, en el que existen
sentimientos de gran satisfacción y constantes desafíos en lo cotidiano y a
largo plazo, promoviendo un mayor vínculo con sus hijos, así como calidad de
vida del grupo familiar en general, además los grandes objetivos de estos
hombres. Llamados “nuevos padres” es percibido en un lugar primordial en la
vida cotidiana de su hijo y de su familia en general, se configura como un
elemento central en la crianza en el que se observan características
significativas como la responsabilidad ante sus hijos, manteniendo un equilibrio
emocional.
Como es sabido y en concordancia a lo anterior, es
importante señalar que los progenitores de los padres actuales también fueron
portadores de cambios y transformaciones educativas, culturales y sociales.
Aproximando mayor presencia vincular y distanciados, aunque fuera un mínimo del rol tradicional. Lo cual ha
producido grandes cambios de los afectos que ellos vieron y vivieron. Donde la
cercanía no sólo era posible, sino que era indispensable en la construcción de
la personalidad de los niños. El vínculo emocional creado a través de la
presencia cotidiana del padre hoy cobra un peso trascendental, ya que es a
través de esta experiencia que se crea una nueva forma de relación, empática y
cercana. Llevando a cabo la relación de los padres participativos a que
mantengan la intención constante de querer estar presentes en todo momento en
la crianza de sus hijos derribando los tabúes de género establecidos
construyendo nuevos códigos de comunicación.
Para Cruz &
Vásquez, (2022) es natural que para los hombres es un
gran reto ser padres hoy, estar dispuestos a ser padres “no patriarcales”, cuya
autoridad no sea superior a la de la madre y que sea capaz de compartir labores
domésticas, de crianza y formación de la familia. Ser una persona con la plena
seguridad suficiente para educar con afecto, proteger sin dominar y cuidar sin
sentirse homosexualizado o afeminado, convertirse en
un padre corresponsable. Cómo esta transformación parece difícil de alcanzar,
es necesario puntualizar y estar conscientes de que las personas no cambian sus
creencias tan fácilmente. En efecto, los cambios provienen de las condiciones
sociales, que hasta hoy muestran avances lentos.
Como muestra en Colombia, Cruz & Vásquez, (2022) describen que
los padres jóvenes o modernos se comprometen con los cuidados y crianza de sus
hijos biológicos; pero que además más allá de esos hijos consanguíneos se
encuentran los hijos aceptados con los que es posible extender el paternal más allá de lo meramente biológico.
El modelo del “nuevo padre” expone, Cruz & Vásquez, (2022) tres
características que se integran al rol paternal y se asocian a las nuevas
conductas de la paternidad, estas son Interacción:
la cual se conceptualiza tomando en cuenta el tiempo que el padre comparte con
su hijo realizando actividades conjuntas y de importancia. Accesibilidad: es la posibilidad que tiene el niño de contar con el
padre para interactuar en todo momento. y la Responsabilidad: se refiere a la función que asume
el padre en lo referente a las actividades de los niños, como, por ejemplo,
escolaridad, salud, reuniones sociales, entre otras.
Corresponsabilidad y transformación del cuidado.
Existen documentos importantes que resaltan
transformaciones en torno al cuidado de los hijos como es el caso de España.
Que por cierto destaca Moreno,
(2015) en dato relevante respecto a que las
estructuras políticas e institucionales inciden de cierta manera en los
acuerdos que hombres y mujeres establecen para la organización del trabajo
doméstico; además de la intervención materna y paterna en el cuidado.
Con todo esto, el caso español es caracterizado por su
régimen de género y cuidado, pero con un grado moderado de desfamiliarización
patrocinado por el estado. Por otro lado, se resalta el hecho de que hombres y
mujeres con cargas familiares similares; tienen una idea diferente de la
conciliación y por tanto de su papel como progenitores cuando tienen que hacer
uso de los permisos parentales y de la reducción de las jornadas laborales para
compatibilizar trabajo y familia contribuyen a actitudes que pueden estar
influyendo en la reproducción de patrones de desigual división del trabajo
familiar ante la crianza y cuidado de los menores de edad.
De ahí la importancia sin par que tienen los cambios
socioculturales actuales en la conformación del núcleo familiar y la dinámica
laboral de las mujeres pero que aún se conservan estereotipos y concepciones
tradicionales hegemónicas de masculinidad, paternidad y familia. Tal como lo
plantean diferentes autores, entre ellos
Molina & Cardona & Arias
& Echeverry, (2020), quienes encuentran que a
pesar de los recientes cambios en la configuración familiar que han puesto en
tela de juicio la organización tradicional basada en hombres meramente
proveedores y mujeres puramente cuidadoras, se continúan presentando patrones
tradicionales según el género poco igualitarios e inequitativos.
Dichas relaciones dan cuenta de las responsabilidades
en familia y, de manera específica, la forma como los hombres las asumen en el
proceso de individualización o construcción de la propia subjetividad. Esto
evidencia los sentidos que le otorgan al cuidado de sí, de los demás y de lo
otro, como aspectos que configuran, permiten o potencian la construcción de una
nueva masculinidad y transformación de la paternidad.
Molina & Cardona & Arias & Echeverry, (2020), también
refiere cómo, a pesar del lento cambio en las relaciones de género, algunos
hombres asumen la paternidad con una mirada nueva de lo que significa ser
hombre; pasando de la visión anticuada de proveedores a padres realmente
involucrados y comprometidos. Ya que por ejemplo en América Latina hay cada vez
más hombres que se interesan por participar en el cuidado y la crianza de sus
hijos, especialmente los más jóvenes que tienen mayor grado de escolaridad y
aquellos con actitudes más equitativas respecto al género. Esto da cuenta de
cómo la paternidad resulta ser un proceso fundamental en los jóvenes del ahora.
También las prácticas corporales de autoconocimiento enfatizan en el cuidado de
sí, por lo que preparan al ser humano en la decisión de ser padre o madre
siendo así conscientes de su función en la educación de las nuevas
generaciones.
De ahí se infiere que la corresponsabilidad en los
procesos de crianza facilita la educación de los hijos e hijas. El código de
Infancia y Adolescencia define la corresponsabilidad como “la concurrencia de
actores y acciones conducentes a garantizar el ejercicio de los derechos de los
niños, las niñas y los adolescentes. La familia, la sociedad y el Estado son
especialmente responsables en su atención, cuidado y protección”. La ley
añade que esta responsabilidad es, también, “la obligación inherente a la orientación,
cuidado, acompañamiento y crianza de los niños, las niñas y los adolescentes
durante su proceso de formación”, obligación que supone “la responsabilidad
conjunta y solidaria del padre y la madre de asegurarse que los menores de
edad puedan lograr el máximo nivel de satisfacción de sus derechos”
Congreso de la República, (2006) Ley 1098, Por lo tanto, se precisa con rapidez
la formulación de políticas públicas que permitan la participación activa del
hombre en todo lo relacionado con el nacimiento, cuidado y crianza de sus
hijos.
Masculinidades hegemónicas, nuevas masculinidades y
paternidades respecto a la crianza.
Son diferentes disciplinas y países los que buscan
describir, analizar y comprender las características de las interpretaciones
que se han desarrollado frente a las masculinidades y la reconfiguración de su
rol patriarcal al momento de ejercer una paternidad responsable, las cuales han
permitido realizar una aproximación teórica, descriptiva y conceptual
frente a las nuevas formas de ser hombres y padres, que fracturan los
estereotipos de género y prácticas arraigadas al patriarcado.
En dicha línea de análisis, se puede determinar que en
América del sur y en Europa se publicaron la mayoría de los artículos sobre
paternidad y masculinidades. Teniendo en cuenta el número de países, se puede
concluir que la mayoría de países hacen parte de América que en Europa y el
resto de otros continentes.
Figura 2. Distribución de
los artículos sobre paternidad y masculinidades a nivel internacional, regional
y nacional.
Paternidad y masculinidad |
|
||||
Descripciones |
Paternidades
positivas, emergentes o más activas y responsables con los procesos de su
hijas, hijos e hijes. Los padres se alejan de las paternidades
tradicionales, tienen una mayor relación emocional y comparten actividades
de cuidado, lo cual contribuye al bienestar familiar e individual de cada
integrante. |
La
paternidad no es estática, sino que está puede ser transformada por las
circunstancias familiares, sociales y culturales que resignifican las
prácticas y relaciones de género tradicionales. |
La nueva
paternidad se construye más por la proximidad de las relaciones con sus
hijas, hijos e hijes, por que se da un involucramiento más afectivo y activo
que le permite tener cuidado directo. |
Se
refuerza el rol de padre-hombre-proveedor y le atribuyeron
a las mujeres mandatos de cuidados y actividades domésticas desde una
concepción biologicista y tradicional. |
Las
masculinidades, no sólo como una construcción sociocultural, sino
fundamentalmente subjetiva. En cada cultura aparecen masculinidades
emergentes, que se modifican en la misma cultura y se encuentran
estrechamente relacionadas con el ejercicio del poder. |
Internacional |
Autores |
||||
Moreno
(2015); González, (2017);Fantus, S. (2017); Fernández & Bogino (2019);
Li, X. (2021). |
Abril,
Jurado & Monteferrer (2015); Morales, (2018); Shafer & Scheibling,
(2021); Marín (2022) |
Barbeta
& Cano (2017);Viñas (2019);Maroto,Ocaña, Gil & García (2021) |
Rodriguez & Marzonetto (2016); Tan
(2020); Prehn & Baltra & Canty & Williamson (2021); Lind &
Gunnarsson (2021); Voroshilova & Bagirova (2022). |
Wang & Williams & Dube (2023). |
|
Regional - América del sur
y centroamérica. |
Autores |
||||
Autores:
Aguayo, Barker y Ekimelman (2016);Bautista (2020); Guerrero,
Armstrong,González, Bratz & Sandoval(2020);Castillo (2020);Salguero
(2021);Merelo, Mancilla, & Chiriboga (2022); Restrepo, Rendón, Henao
& Carmona,(2020); |
Izquierdo&
Zicavo (2015); Delgadillo & Bermúdez (2015);Pérez (2016);Alvarado
(2016); Flores & Galindo (2018);Herrera, Aguayo & Weil (2018); Abad
(2019);Ospina, (2020);Rada, Castiblanco & Cárdenas (2021); |
Vindas
(2019); |
Godoy
(2023). |
|
|
Nacional |
Autores |
||||
Cataño
& Zapata (2019);Quintero (2020); Cruz & Vasquez (2022); |
Marin
& Ospina (2015);Poveda, Arango, Mateus & Liévano (2016); Botero,
Ospina & Montoya (2019); Zapata (2020);Rada , Castiblanco & Cárdenas
Garzón (2021); |
González,Jaramillo
& Vargas (2022); |
Álvarez
(2010) |
Chávez
& Marchant (2014);Pérez, Giraldo & Muñoz (2018); |
DISCUSIONES
Los primeros hallazgos
revelan que surge un distanciamiento del modelo tradicional y patriarcal por
parte del hombre, y debido a las transformaciones sociales y las
reconfiguraciones del modelo tradicional familiar, lo cual genera nuevos
cuestionamientos, prácticas y escenarios que reconfiguran el ser hombre y
padre.
A nivel internacional, España
ha realizado bastantes investigaciones sobre masculinidades, paternidad y
crianza, dejando en evidencia según Moreno, (2015) las paternidades
positivas, concepto utilizado principalmente por hombres que ven favorable la
igualdad de género o por las configuraciones de las familias que empiezan a
alejarse de las paternidades tradicionales y se reivindica por una paternidad
más afectiva, responsable y presente en el desarrollo de sus hijas, hijos e
hijes. Por otro lado, Maroto & Ocaña & Gil & García, (2020) en sus textos, argumentan que la nueva paternidad se
construye más por la proximidad de las relaciones con sus hijas e hijos, porque se da un involucramiento más afectivo y activo que
le permite tener cuidado directo y estar expuesto a nuevas experiencias que les
permiten pensarse la paternidad.
En el continente de
américa, chile hace parte de esos países que se ha interesado por
estudiar las masculinidades y ha adelantado diversas investigaciones, esto se
refleja, en particular, en las reflexiones Izquierdo & Zicavo, (2015)
mencionan el concepto de “nuevo padre” que se
caracteriza por transformar el rol tradicional patriarcal de la paterna al
verse involucrada en el proceso de crianza de sus hijas e hijos. Este
trabajo investigativo demuestra que al fortalecerse los lazos afectivos entre
padre e hijo ayudan a transformar los estereotipos y mandatos de la
masculinidad hegemónica, también, Herrera & Aguayo & Goldsmith
& Weil, (2018), manifiesta que los hombres se
están alejando de las normas impuestas por masculinidad hegemónica, dando paso
según Guerrero & Armstrong & González, Bratz & Sandoval ,
(2020) a nuevas corrientes de pensamientos que buscan
construir nuevas masculinidades que permiten deconstruir la masculinidad
hegemónica que se ha consolidado por mucho tiempo.
Otro contexto de américa
, que ha trabajado en el tema de masculinidad y paternidad es México, que ha
identificado y describe importantes cuestionamientos al modelo tradicional de
familia, masculinidad, paternidad y maternidad, un referente de ello, es Flores & Galindo, (2018),en su
investigación hace referencia a que el involucramiento del hombre en las
actividades domésticas y de cuidado le han concedido reflexionar y cuestionar
su actuar como hombres y padres, aspirando a tener una paternidad diferente al
modelo tradicional, a lo que algunos autores categorizan como
“masculinidades emergentes”, sin embargo, en los resultados se observa que aún
sostienen fuertes resistencias al momento de dividir las actividades
domésticas, pero han logrado alejar al hombre del estereotipo de un padre
autoritario, es decir, pese algunas resistencias y obstáculos se pueden
observar algunas modificaciones pero el proceso de modificar por completo
los estereotipos y prácticas tradicionales es algo complejo, sin embargo, Rodríguez,
( 2019). (p. 23),
refiere que “es posible que exista una combinación latente entre la paternidad
tradicional y las nuevas paternidades”.
Teniendo en cuenta lo
anterior, se puede plantear que los cambios no pueden ser completos ni
instantáneos, por lo que Rodríguez,
(2019) para argumentar que ese proceso debe ser
llamado como transición o desplazamiento “Cuando hablamos de cambios
enfrentamos una tarea difícil no sólo por las distintas definiciones, sino
también por el grado de intensidad y dirección de éstos. En las prácticas de
paternidad podemos presenciar cambios y continuidades al mismo tiempo”, así
mismo, en su texto propone que hay dos modelos de ser padres siguiendo a Salguero,
(2021). (p. 108), el patriarcal y el relacional.
En el caso colombiano, se ha
documentado inicialmente sobre las reconfiguraciones en las familias y sus
relaciones, para comprender cómo se transforman algunos patrones históricos y
socioculturales sobre el imaginario de una familia tradicional y la
distribución del trabajo. También Pineda, (2010),
en su artículo realiza una contextualización sobre las transiciones que se han
presentado en las diferentes familias, dando a conocer que estos han
permitido tener avances significativos en cuanto a la equidad de género,
pero también conflictos al interior de las relaciones familiares que causan
otras problemáticas sociales. Este autor propone tres modelos de bienestar
y relaciones de género para poder analizar cómo se da el trabajo doméstico y
productivo en las familias, propone el modelo tradicional, de ayuda y respeto
mutuo, en los cuales los padres o madres mantienen roles y
actividades tradicionales o los intercambian de manera conflictiva o
cooperativa.
Cuando se introducen
estos modelos al interior de las familias, comienza el rol masculino hegemónico
a entrar en crisis porque las nuevas dinámicas y exigencias económicas y
sociales que promueven en ellos nuevas estrategias de adaptación al cambio
familiar, causando una transición del padre proveedor y auditorio a un rol más
democrático y equitativo, que realiza o comparte actividades domésticas y
del cuidado, a lo que Pineda,
(2010) categoriza
como “domesticación” especialmente cuando el hombre no pueden continuar
con la responsabilidad de proveedor económico. Ciertamente el rol primario de
los hombres está centrado en función de proveedor, autoritario, rígido,
ausente, entre otros estereotipos y cuando no puede ejercer o cumplir con las
exigencias tradicionales trae como consecuencia Pineda, (2010) la “crisis de la masculinidad”.
Con base a lo anterior, Marín & Ospina, (2015), argumentan en su artículo que algunos hombres comienzan a
cuestionarse sobre las lógicas tradicionales cuando comienzan a relacionarse en
el ejercicio de paternidad, así mismo, proponen
unas nuevas concepciones de ejercer la paternidad. Reconociendo que los
hombres tienen la capacidad de cuidar y criar al igual que la madre. Es así que
a partir del 2015 las bibliografías encontradas plantean categorías de crianza,
cuidado, nuevos padres, distribución del trabajo, entre otras, con el
propósito de comprender los cambios emergentes en el rol de paternidad activa
como resultado de una nueva masculinidad.
Otro hallazgo es que las
nuevas generaciones cuestionan las concepciones tradicionales y comienzan a
aceptar y adquirir actitudes más equitativas, como poder acompañar y apoyar las
actividades domésticas y de cuidado, esto se observó en los documentos de Rada & Castiblanco &
Cárdenas, (2021 ) donde cada vez más son los hombres
jóvenes que se interesan por una paternidad activa, que se caracterizan
por estar involucrados de forma voluntaria en los diferentes momentos del ciclo
vital de sus hijas e hijos. Esto es un ejemplo, en el cual se ve reflejado que
el hombre pasa de una visión antigua como solo proveedor a padres comprometidos
y afectivos.
Sin embargo, en
algunas investigaciones se encontró que existen factores sociales y culturales
que influyen en el pensar y actuar de los hombres. Estos aspectos tienen una
influencia directa o indirecta sobre lo que se espera del comportamiento del hombre,
estas influencias determinan la forma en la deben sentir, actuar y pensar; y la
sociedad están a la expectativa de reafirmar esos criterios y atributos
tradicionales en la forma como se comporta y relaciona con los demás y consigo
mismo, de acuerdo con Pérez & Giraldo & Muñoz, (2021) “Los
estigmas y estereotipos culturales que generan múltiples conflictos y temores
para que un padre se atreva a ser un varón diferente” (p.10). Por su lado, Cruz
& Vásquez, (2022)., indica que el contexto
cultura patriarcal reafirma que el rol del cuidado debe ser asignado a la mujer
por sus virtudes y cualidades femeninas, a su vez, se asume que el hombre no
tiene la capacidad de cuidar, y a la sociedad le ha costado ceder esas funciones
y espacios porque coloca en riesgo su masculinidad.
REFERENCIAS
Abril, Paco. (2018). Configuración y
(re)significación de las masculinidades y paternidades en hombres comprometidos
con los cuidados de sus hijos/as en España. Quaderns de l’Institut Català
d’Antropologia, Núm. 34, p. 87-106. Recuperado
de:
https://raco.cat/index.php/QuadernsICA/article/view/366009.
Bacete, Ritxar.
(2017). Las ventajas de la paternidad positiva como un valor emergente, factor
de transformación social y de cambio en el paradigma de la masculinidad
hegemónica. Hachetetepé. Revista científica De Educación Y
Comunicación, (15), 51-63. doi:
https://doi.org/10.25267/Hachetetepe.2017.v2.i15.6
Barbeta-Viñas, Marc & Cano, Tomás. (2017). ¿Hacia un nuevo
modelo de paternidad? Discursos sobre el
proceso de implicación paterna en la España urbana. Reis. Revista Española de
Investigaciones Sociológicas. (159):13-30. Recuperado de:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=99752039003
Bautistas, Nelly. (2014). Proceso de la investigación cualitativa
Epistemología, metodología y aplicaciones. Bogotá.
Congreso de la República. (2006). Código de la Infancia y la Adolescencia.
52.
Cruz, Carmen & Vásquez, Gustavo
(2022). Configuración de la identidad
paterna en dos adolescentes varones padres de familia del municipio de
Apartadó. Universidad de Antioquia, Apartadó, Colombia. Recuperada de:
Fonseca, Carolina (2019). Jó). Jóvenesres costarricenses:
cambios y continuidades de la masculinidad tradicional. Revista Espiga, vol.
18, núm. 37. Recuperado en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=46785973700
Flores, Aurelia & Galindo,
Eduardo. (2018). Significados de paternidad y maternidad en parejas en
transición en Tlaxcala, México / Meanings of Paternity and Motherhood in Couples in Transition in Tlaxcala, México. Rumbos TS. Un Espacio Crítico Para La Reflexión En Ciencias Sociales,
(18), 67-93. Recuperado de:
https://revistafacso.ucentral.cl/index.php/rumbos/article/view/7
Godoy, Eduardo. (2023). Masculinidad,
paternidad / maternidad y crianza en el periódico anarquista Vida Nueva. Americanía: Revista De Estudios Latinoamericanos, (17), 148–176. doi:
https://doi.org/10.46661/americania.7521
Maroto, Gracia; Ocana, Ricardo; Gil,
Eugenia & García, María del Mar. (2020). Análisis multinivel de la
producción científica mundial sobre paternidad, desarrollo humano e igualdad de
género. vol.34, n.6, 582-588. doi:
https://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2019.04.008
Guerrero, Camilo; Armstrong, Lucy;
González, Francisca; Bratz, Josephine & Sandoval, Marcelo. (2020).
Paternidad activa y cuidado en la niñez: reflexiones desde las desigualdades de
género y la masculinidad. Enfermería
Actual de Costa Rica, (38), 282-291.doi:
https://dx.doi.org/10.15517/revenf.v0i38.34163
Hernández Sampieri Roberto. (2014). Metodología de la investigación (6a ed.,
Vol. 1).
Herrera, Florencia, Aguayo,
Francisco, & Goldsmith Weil, Jael. (2018). Proveer, cuidar y criar:
evidencias, discursos y experiencias sobre paternidad en América Latina. Polis (Santiago), 17(50), 5-20. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-65682018000200005
Izquierdo, Lorena & Zicavo, Nelson. (2015). Nuevos padres: construcción del rol
paternal en hombres que participan activamente en la crianza de los hijos. Revista De Investigación En Psicología, 18(2), 33–55.
https://doi.org/10.15381/rinvp.v18i2.12082
Jiménez, Absalón. (2004). El estado
del arte en la investigación en las ciencias sociales. En Alfonso Torres (comp.). La práctica investigativa en ciencias sociales (pp.
11-158) Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.
López, Thomas. (2022). La paternidad
como ejercicio de la masculinidad igualitaria. iQual. Revista de Género e Igualdad, (5), 127–144.
doi://doi.org/10.6018/iqual.490701
Marín, Alba y Ospina Lucelly (2015). Discursos y prácticas de los padres en torno
a la crianza y el cuidado en la primera infancia. Departamento de Caldas,
Colombia. Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá - Facultad de
Ciencias Humanas - Departamento de Trabajo Social. Recuperada de https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/64848
Molina, Nery; Cardona, Beatriz;
Arias, Martha Echeverry, Margarita. (2020). Sentidos y corresponsabilidad del
hombre en torno al nacimiento: una experiencia de formación para la paternidad.
Infancias Imágenes, 19(2), 10–20. doi:
https://doi.org/10.14483/16579089.14592
Moreno, Almudea
(2015). La ambivalencia ante la corresponsabilidad parental en España: una
cuestión de género. Revista de Estudios de Género. La ventana, (42),46-98.
Recuperado de:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=88446716004.
Pérez, Norman; Giraldo, Mónica &
Muñoz, Iván (2021). Masculinidad y paternidad en procesos de crianza en
Medellín, Colombia, 2018. Revista
Facultad Nacional De Salud Pública, 40(1),
1-13. doi:
https://doi.org/10.17533/udea.rfnsp.e344529
Pineda, Javier. (2010). Familia
postmoderna popular, masculinidades y economía del cuidado. Latinoamericana de Estudios de Familia, 2, 51–78. Recuperado de https://revistasojs.ucaldas.edu.co/index.php/revlatinofamilia/article/view/5542
Quintero, Claudia. (2021). Cambios y transformaciones en el rol paterno
dentro del contexto familiar actual. Universidad Pontifica Bolivariana.
Floridablanca. Recuperada de:/https://repository.upb.edu.co/bitstream/handle/20.500.11912/8131/213_1.pdf
Rada, Angela; Castiblanco, Laura
& Cárdenas Nancy (2021). Reflexiones frente a las nuevas paternidades y
maternidades. Universidad de La Salle Universidad de La Salle. Bogotá.
Recuperada de:
https://ciencia.lasalle.edu.co/trabajo_social/951
Rodríguez, Angélica (2019). La
construcción social de la paternidad en varones de contextos rurales de
Morelos, México. Antropología Cuadernos
De Investigación, (21), 12-26. doi: https://doi.org/10.26807/ant.v0i21.183
Salguero, María (2021). Reflexiones
sobre los cambios en las relaciones de género en las familias y paternidad en
México. Latinoamericana de Estudios de
Familia, 13(2), 101–119. doi: https://doi.org/10.17151/rlef.2021.13.2.6
Secretaría de integración social.
(2021). Lectura integral de realidades de la ruralidad. 1, 1–53.
Vélez, Graciela (2020). Paternidades
corresponsables e igualdad entre mujeres y hombres. Revista Gestión De Las Personas Y Tecnología, 13(37), 12. doi:
https://doi.org/10.35588/revistagpt.v13i37.4411
[1] Mapa con cantidad de
fuentes bibliográficas por país realizado con la herramienta online paintmaps.com